Sobre nosotros

La R.·. L.·. Renacimiento abrió sus puertas el día 3 de diciembre de 2005, formándola inicialmente hermanos y hermanas que procedían de una Logia veinte años más antigua, llamada Concordia IV. Desde el primer momento trabaja en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, el más tradicional y practicado en la Masonería española. Es una logia mixta que eleva toda su actividad, según la antigua fórmula, “A la Gloria del Gran Arquitecto del Universo”. Su objetivo esencial es, desde sus primeros pasos, lograr el equilibrio ideal de cada uno de sus miembros, y de todos entre sí, a través de la armonía y operatividad a los que invita nuestro viejo Rito Escocés, y mediante el rigor en los trabajos masónicos.

El nombre de la Logia indica su esencia: todo francmasón, en su Iniciación, muere simbólicamente para renacer. La Iniciación no lo convierte en otra persona, pero sí le abre el camino de una nueva vida en la que habrá de proceder de otra manera gracias al estudio, al trabajo y al perfeccionamiento personal. La vida que ha llevado hasta ese instante, sin duda útil y necesaria, queda atrás. El Francmasón debe renunciar a parte de sí mismo y elevarse hacia un renacer que no destruye nada pero sí cambia, completa y sobre todo perfecciona. En ese renacimiento, como en el que vivió la Humanidad en los siglos XV y XVI, no hay miedo, no hay rupturas drásticas, pero sí un antes y un después: el que supone el comienzo de un trabajo iniciático, una trayectoria interior que no concluirá nunca y que, si se hace con rigor y equilibrio, cambiará el centro de gravedad de la psique de cada cual, del mismo modo que el conocimiento y la reflexión cambiaron, hace quinientos años, la comprensión del mundo, del universo y del hombre mismo. La Humanidad despertó entonces gracias a la luz del saber; nosotros aspiramos a despertar también, a renacer iluminados por la Luz del conocimiento iniciático.

FORMA DE SER Y TRABAJAR

columna corintia

La personalidad colectiva de nuestra Logia puede sintetizarse en los siguientes puntos:

  1. Concedemos una gran importancia al Rito y al esforzado rigor en su práctica. Es la herramienta que nos permite dejar atrás, por unas horas, el ruido que aturde el mundo profano y nos lleva a trabajar nuestro interior con eficacia. Somos rigurosos en nuestra vestimenta, en nuestro trato y en nuestro concepto ceremonial y ritualístico, porque sabemos que eso resulta útil para nuestro trabajo. Como dice la vieja máxima, lo que haces, te hace.
  2. Trabajamos en busca de la trascendencia del ser humano, independientemente de sus creencias personales. El objetivo común es el perfeccionamiento interior de cada uno de nosotros. Cómo refleje cada cual ese perfeccionamiento en su vida profana, la que hay fuera de las puertas del Templo masónico, es cosa que atañe al libre albedrío de cada Francmasón.
  3. Damos una gran importancia al lenguaje masónico por excelencia: el simbolismo, cuyo estudio comienza por el conocimiento de las herramientas que se manejan en cada Grado y que continúa con el estudio de los símbolos de las diferentes civilizaciones humanas a lo largo de los tiempos. Sin dejar de lado las inquietudes sociales, inherentes a todo francmasón, nuestra Logia se esfuerza en el trabajo interior mediante el proceso iniciático de perfeccionamiento en el simbolismo. Porque sabemos que el símbolo es la llave maestra para abrir la puerta del conocimiento.
  4. Somos un grupo humano muy variado: tenemos orígenes, profesiones, formaciones, opiniones, creencias y características personales muy distintas; pero, como ocurre siempre entre francmasones, eso no supone una dificultad para nuestro trabajo sino todo lo contrario: nos esforzamos en la empatía, en trabajar aquello que nos une y dejar a un lado lo que nos separa. Si todos fuésemos o pensásemos igual, si creyésemos todos en lo mismo, el Aprendizaje sería imposible. Todos somos distintos pero nos incardina el hecho de que todos venimos a la Logia a lo mismo: al trabajo iniciático, a la perseverancia en unas vías trazadas hace muchos siglos que han demostrado que llevan muy lejos si se las sigue con exactitud.

La Logia Renacimiento, inscrita con el nº 64 en el registro de la Gran Logia Simbólica Española, trabaja cada quince días, habitualmente los primeros y terceros martes de cada mes, y comparte su lugar de trabajo con otras tres Logias de la G.·. L.·. S.·. E.·. Nuestro objetivo es doble: la exigencia para con uno mismo y la generosidad para con los demás. Y para con todos, la Fraternidad. Como dice el proverbio latino, per aspera ad astra: por la dificultad, hacia las estrellas.

MISIÓN:

Inspirar y ser ejemplar. Atraer al estudio, impulsar la creatividad y el trabajo de auspiciar el desarrollo ético, espiritual y material de la Sociedad. Comunicar para asentar con lucidez el mensaje de la Francmasonería.

VISIÓN:

Ejercer una influencia trascendente en el rumbo social en el que desenvuelve su labor, propiciando las condiciones indispensables para ser mentor del desarrollo humano y preceptor de una ética fundamentada en la fraternidad y la tolerancia, con una contribución fundamental al desarrollo de nuestra Logia, el Distrito Centro y la GLSE.

VALORES:

MIXTICIDAD: equidad para una sociedad totalmente mixta, sin estereotipos de género, propiciando la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en todas las dimensiones de la vida, tanto social, como política, económica y cultural. Especial importancia tiene para nosotros la educación como herramienta para la prevención de la discriminación y lucha contra la violencia, así como se considerar que es un ámbito especialmente importante para crear condiciones de igualdad efectiva.

FILANTROPÍA: trabajar creando un valor compartido, ahondando en cuál es la mejor manera de hacerlo. Integración y desarrollo del sentido de pertenencia a través de una causa común.

FRATERNIDAD: como actitud y trato, con el propósito de buscar el bienestar conjunto.

TOLERANCIA: cooperar, para construir una verdadera obra de bien en beneficio de todos, entendiendo que pueden existir distintas formas de pensar.

INTEGRIDAD: comportamiento que orienta nuestras determinaciones hacia el bien. Firmes en los compromisos adquiridos, nuestras acciones se encaminarán al perfeccionamiento, la honestidad, la cooperación y la solidaridad.

LIDERAZGO: como guías en él animo de servicio al prójimo, desarrollado con orientación empática.

CONSENSO: en la toma de decisiones entre iguales, con transparencia. Razones comunes y poderosas nos guían en la determinación de las decisiones que se adoptan entre todos democráticamente.

La corriente denominada liberal o adogmática tiene su principal exponente en el Gran Oriente de Francia, la de mayor tradición en la Europa continental y a ella se adscriben muchas logias, en particular las Grandes Logias mixtas y femeninas. Mantiene como referente el reconocimiento compartido de unos valores, modelos rituales y organizativos que por tradición se consideran esencialmente masónicos. Las organizaciones masónicas son soberanas para suscribir Tratados de Amistad y Mutuo Reconocimiento con otras organizaciones que comparten sus mismos valores y costumbres. Sus principales características son:

  1. La libertad absoluta de conciencia. Admite tanto a creyentes, ateos, agnósticos, etc. y el juramento o promesa puede realizarse, según las logias, sobre las constituciones de la orden, La Declaración de los Derechos Humanos o sobre un Volumen de las Escrituras, en todos los casos junto a la escuadra y el compás.
  2. El reconocimiento del carácter regular de la iniciación femenina, las logias pueden ser masculinas, mixtas o femeninas.
  3. El debate de las ideas y la participación social. Las logias debaten libremente, siempre de manera no partidista o confesional, y frecuentemente se posicionan institucionalmente sobre cuestiones relacionadas con aspectos sociales relevantes, fundamentalmente en relación a la defensa de los Derechos Humanos y los valores de Libertad, Igualdad, Fraternidad y Laicidad.

La Gran Logia Simbólica Española: es la más grande de las Obediencias liberales en España. Suscribe los valores de la masonería liberal en su conjunto: absoluta libertad de conciencia para sus miembros, el debate libre de ideas en el marco de la tolerancia y la igualdad entre hombres y mujeres. El Artículo 1º de su constitución reza: “La Francmasonería, institución esencialmente filantrópica, filosófica y progresiva, tiene por objeto la búsqueda de la verdad, el estudio de la ética y la práctica de la solidaridad; y trabaja por el mejoramiento material y moral de la humanidad. Tiene como principio la tolerancia mutua, el respecto a los demás y de uno mismo, y la absoluta libertad de conciencia. Considerando que las condiciones metafísicas y religiosas son del dominio exclusivo de la apreciación de cada individuo rechaza cualquier afirmación dogmática. Tiene por divisa: Libertad, Igualdad, Fraternidad. Cada Francmasón interpretará la invocación al Gran Arquitecto del Universo según le dicte su conciencia con el mayor respeto hacia las diferentes interpretaciones y hacia los Hermanos que las sustentan.”